¿Cómo se logró adquirir con 50 mil pesos 853 casas en Colombia?
Se trata del plan de vivienda empresarial más grande de Colombia liderado por SuperGIROS para beneficiar a sus trabajadores.
Está pasando inadvertido uno de los hechos económicos más importantes de este año, el plan de vivienda más grande del país lo impulsa gente sencilla y una empresa con sentido social. Esta es la historia:
Magaly Córdoba no es una mujer cotidiana, es para 853 familias de colaboradores de SuperGIROS en Colombia un ángel de la guarda que cambió sus vidas a través de una idea transformadora, lograr que todos en la empresa tengan casa propia.
Magaly vive en Pasto, tenía hace 10 años un almacén de productos para bebé y en su puerta había un puesto desde el que vendía chance.
Yorlani Alvarado, una desplazada de las muchas que dejó la confrontación armada en el Pacífico colombiano trabajaba en el lugar para Magaly, pero su salario no alcanzaba para sostener una familia de siete personas y pagar simultáneamente el arriendo del pequeño cuarto donde habitaban, por la misma dificultad pasaban muchas de las chanceras que este par de mujeres conocían, que caían irremediablemente en la trampa del “gota a gota” que deja más pobreza que deuda.
Con esa audacia pastusa que no mide riesgos Magaly y Yorlany decidieron iniciar silenciosamente una cruzada para lograr que todas y todos tuvieran casa propia sabiendo que no tenían un peso para ello.
Armaron una estrategia simple, meterse a la fuerza en el compromiso, iniciar todo tipo de actividades que les permitiera conseguir la cuota inicial de cada vivienda y aprovechar los planes de subsidio del gobierno.
¿Pero cómo lograrlo sin capacidad de ahorro? El primer paso fue separar 36 apartamentos en un proyecto de vivienda de interés social que nacía en Pasto, la cuota inicial por apartamento era de seis millones de pesos y tendrían un año para pagarla.
Sin asustarse Magaly y sus compañeras de aventura con solo 50 mil pesos conseguidos en monedas regaladas a las futuras propietarias convirtieron su propósito en empanadas y café en termo que se vendían en las esquinas de los sectores populares de Pasto.
El emprendimiento dejó 120 mil pesos, con ese dinero se compró la materia prima para hacer desayunos en caja que se vendían en las madrugadas en zonas de cargue de la capital de Nariño y esas ventas también callejeras durante dos meses se convirtió en el plante para un bingo que con orquesta, premios donados y apoyos ciudadanos generó 12 millones de utilidades.
“Nada hubiera sido posible sin el arrojo de las 36 compañeras fundadoras y la empresa SuperGIROS que nos acompañó desde el primer momento” dice Magaly al recordar emocionada el instante del arranque.
La plata entera fue a parar a la constructora, pero aún era insuficiente, solo alcanzaba para pagar la cuota inicial de 2 de las 36 casas. Magaly recurrió entonces al Fondo Nacional del Ahorro sin fortuna porque por tratarse de trabajadoras independientes la figura de créditos hipotecarios no aplicaba.
Sin desespero, pero con frustración y sabiendo que el entonces Presidente Juan Manuel Santos estaba en Pasto en campaña de reelección se acercó hasta el lugar donde este se reunía con líderes locales, enfundadas en una camiseta que decía: “Un chance para una casa” trató de hablar con el primer mandatario junto a su grupo de emprendedoras, la acción fracasó, pero no su intención, un joven que estaba en la puerta del recinto donde despachaba Santos en ese momento y que observaba la tozuda acción de Magaly y sus amigas en busca de hacer contacto con el presidente se interesó en ellas al observar curioso la escena llena de insistencia.
El espontáneo era Martín, el hijo mayor del presidente quien abrió por cuenta del relato inmediatamente la puerta para que Magaly y el mandatario se reunieran y de ahí nació la línea de crédito en el Fondo Nacional del Ahorro que hoy apoya a los trabajadores independientes en su propósito de ser propietarios y que tiene a casi un millar de colaboradores de esta empresa estrenando casa propia.
Gustavo Gómez, Presidente de la junta de SuperGIROS conoció desde el día cero la titánica acción de las chicas de Magaly, Gómez no dudó un minuto en sumarse a la iniciativa creando un fondo interno de apoyo desde la empresa para todo aquel o aquella que aplicara a la línea de crédito hipotecario del FNA, la compañía aporta hoy hasta 20 millones de pesos en subsidios para cada beneficiario para sumar a la cuota inicial o para hacer mejoras a las viviendas, nuevas o usadas, para las que el Fondo Nacional del Ahorro genera el crédito.
La iniciativa está hoy regada por todo el país y lentamente se va construyendo desde SuperGIROS el plan de vivienda empresarial más grande de Colombia.
“Incluso ya nos buscan los bancos para prestarnos plata sin mayores trámites, la cultura de pago de los miembros de la marca es admirable, tener casa propia los vuelve aún más juiciosos”, apunta Córdoba al recordar lo duro que fue conseguir los primeros aliados financieros.
Hoy 853 viviendas están en manos de los colaboradores de SuperGIROS, la mayoría mujeres cabeza de familia y de allí no los sacará nadie, según Magaly, porque sus casas son el testimonio vivo de lo que hacen por ellos mismos sus miembros.
Magaly pasó por su audacia de ser una vendedora, como se autodefine, a convertirse en socia de esta iniciativa que tiene más de 25 mil puntos en su red de servicio en 23 departamentos y que cuenta con más de 70 mil colaboradores en todo el país.
SuperGIROS va camino a ser, además de la red de servicios más grandes del país, el proyecto de promoción inmobiliaria más exitoso de Colombia para sus colaboradores que ahora y gracias a la alianza con la empresa están llenos de sueños bajo techo.